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Cartas al director

Nuevo año, mismas desdichas

Comenzamos un nuevo año, con la sensación de estar malditos con el Gobierno que padecemos. Hace dos años, por estas fechas, nos visitó «Filomena» y nos creó grandes incomodidades, molestias y hasta dolor en algunos casos. Pero no fue lo peor que nos pudo suceder; los peor era soportar los despropósitos de unos gobernantes incapaces de ejercer su labor y, lo que es peor, con una gran vileza para ello.

Quienes ejercen sus actuaciones buscando el provecho propio, no son dignos del respeto ni de la confianza de los gobernados. Nuestro Gobierno le importa un bledo incrementar el déficit de la forma tan alarmante que lo hace, pensando que el que venga detrás lo normalice; a nuestros hijos y nietos les tocará reducirlo. Pero sí le importa corromper a nuestros niños y jóvenes con la creación de leyes como la ley trans que destroza la vida de quienes la sigan, la del solo sí es sí, para beneficiar a los delincuentes. También le importa hacer perder su inocencia y moral a los niños, fomentando la pederastia, como ha afirmado alguna irresponsable ministra. Asimismo establece leyes laborales que claramente son tendentes a empobrecer a los ciudadanos, para luego con ayudas y donativos comprarles el voto. Consigue la sumisión de la justicia para que no le censure sus fechorías; también la sumisión de los medios informativos para que difunda nada más aquello que les favorezca. Son ya varias las Instituciones del Estado que controla, para su provecho.

Con el control de la justicia por parte de nuestro presidente, podemos pensar con San Agustín, «quita el derecho y, entonces, ¿qué distingue al Estado de una gran banda de bandidos?». Todo el proceder de este Gobierno no tiene otro objetivo que su propio provecho, la mentira al pueblo y la descalificación de los políticos que puedan hacerle frente. Del trapacero Sánchez puedes esperar de todo y ya no se esconde para disimular sus felonías.

Nos encontramos en una situación muy grave y los españoles deben reconocerlo, prescindiendo todos de su ideología. Cuando quitemos a fray Mentiras del poder, el PSOE recuperará sus principios habituales. Hay que tener presente que si este perverso ganase las elecciones, sería por haber hecho alguna trampa en el conteo de los votos.