Cartas al director
Contar lo que hicimos
Fue el 1 de febrero de 2010 bajo el cielo de Afganistán. La unidad volvía a su base tras reconocer una ruta en la que había sostenido combates con la insurgencia que obligaron a emplear el fuego y la maniobra para rechazar al enemigo, porque allí, por más que el Ministerio se empeñara en no mencionarlo, tomamos parte en una guerra. Guerra no convencional, irregular, asimétrica o como quieran llamarla, pero guerra, y los ataques eran frecuentes. Sobre las tres de la tarde, el primer blindado voló por los aires al pisar un artefacto explosivo improvisado, el arma más letal de la insurgencia. El soldado John Felipe Romero Meneses, tirador de ametralladora, veintiún años, natural de Colombia, murió en el acto; sus compañeros del vehículo cayeron heridos y toda la unidad quedó bajo el fuego enemigo. Pero se reaccionó, se atendió a los heridos y se respondió al fuego manteniendo a raya a la insurgencia, que al cabo de dos horas se retiraba dejando varias bajas sobre el terreno. Para entonces los heridos ya volaban al hospital mientras otros helicópteros, los italianos «mangusta», daban protección como ángeles de la guarda. Toda la unidad y sobre todo sus mandos demostraron el valor suficiente y necesario para sobreponerse a la situación, cumplir con su deber y preservar la vida de todos, de manera que no hubo más bajas que las provocadas por el artefacto. Han pasado trece años, pero debemos contar lo que hicimos, cada uno en el puesto que tuvo allí, para que Romero Meneses siga vivo en nuestra memoria, y sea por siempre honrado su sacrificio.