Cartas al director
La gran decepción
En 1978, España tenía un futuro esperanzador, en el que se atisbaban las libertades, la democracia y la igualdad y solidaridad de los españoles. Actualmente, es una gran decepción cuando contemplamos atónitos que se ha puesto en marcha la destrucción del espíritu y la realidad de esa transición, hecha a base de inteligencia, diálogo, renuncia y generosidad. Ese resurgir de la esperanza, tras años oscuros, como fueron los de la II República, la vergonzosa Guerra Civil y, sobre todo, los primeros tiempos del régimen de Franco, dio paso a una época que parecía haber conseguido la reconciliación de todos los españoles y la estabilidad definitiva. El Rey don Juan Carlos, Adolfo Suárez y Felipe González fueron los principales artífices de esa España digna y reconciliada. Pero volvieron años oscuros, los del inefable Zapatero, resucitando los fantasmas del 36; luego, un Gobierno de una derecha acomplejada que sólo se dedicó a la economía, que salvó con eficacia, aunque muchas veces en detrimento de los más débiles; y por fin, llegó un sectario, el también inefable Sánchez, dispuesto a destruir España con tal de seguir calentando el sillón de la Moncloa, pactando con independentistas, terroristas y sectarios a la carta.