Cartas al director
Y de pronto, la cercanía
Quién iba a decirnos que el presidente del Gobierno, tan altanero y distante con los ciudadanos, se iba a convertir súbitamente en un ciudadano de a pie. Y así, le hemos visto entre la gente jugando a la petanca, montando en bici, haciendo running o tirando a la canasta desde una silla de ruedas. Y lo que nos quedará por ver. Cualquier día se nos mostrará entre los mariscadores de alguna playa gallega o entre las espigadoras de Castilla La Mancha, emulando a las de la Rosa del Azafrán del maestro Guerrero. Tiempo al tiempo.
La verdad es que durante la legislatura ha perdido ocasiones de oro para acercarse a los ciudadanos. Lo bien que hubiera quedado Sánchez durante la pandemia retratándose con los sanitarios de cualquier hospital protegidos con bolsas de basura, o ante la cama de algún enfermo intubado con covid. Y no digamos en una morgue consolando a los familiares de los difuntos. De su Gobierno, solo Margarita Robles estuvo a la altura.
Pero ya se sabe. La proximidad de las elecciones vuelve a los políticos más humanos. Incluso al presidente del Gobierno. Lástima que la gente va tomando nota desde el origen de la legislatura, y estas estrategias de marketing personal, tan infantiles, no cuelan.