Cartas al director
Dan asco
El objetivo de la política es mejorar la calidad de vida de los ciudadanos por medio de sus gestores. Por eso, la calidad de las democracias no son uniformes, sino que dependen de la impronta que les trasmitan sus gobernantes. En la actualidad, España vive la etapa mas negra de nuestra democracia. El deterioro de las instituciones provocadas por este Gobierno integrado, en gran parte, por una caterva de indocumentados, ha conseguido enfrentar a los españoles, rompiendo la estabilidad política y social conseguida hace más de 40 años con la Transición.
Dejar en manos de Irene Montero un ministerio ha sido un desafuero histórico. Nunca un analfabeto jurídico había elaborado leyes en nuestra democracia. Sin embargo, Irene Montero, presa de su ignorancia, se atrevió a crear la ley de 'solo sí es sí' originando la excarcelación de agresores sexuales, hecho que no tiene parangón en nuestro entorno europeo. Y la feminista radical, henchida de soberbia, ni ha dimitido, ni ha pedido perdón, ni se ha prestado a corregir su error. Ha dejado desamparadas a las víctimas y presa de su diarrea política ha insultado a los jueces llamándoles fascistas. Aunque no hay que darle relevancia, ya que fascista y machista son las muletillas paranoicas del comunismo que aplican a todo lo que se mueve. Jorge Luis Borges escribió sobre el fascismo: «Hay comunistas que sostienen que ser anticomunistas es ser fascista. Esto es tan incomprensible como decir que no ser católico es ser mormón».
Mientras tanto, Sánchez, sin miedo al ridículo, proclamó en la cumbre del G-20 que «es una ley de vanguardia que va a inspirar otras muchas leyes en el mundo». Y se quedó tan fresco. Dan asco.