Cartas al director
El virus de los pobres
La pandemia nos ha recordado nuestra fragilidad y que casi todo es un regalo, hemos recuperado la importancia de las personas mayores, a pesar de su abandono residencial. Y hemos descubierto la solidaridad con mucho sentimiento humano hacia los más vulnerables, gente sin trabajo y sin recursos para que no mueran de hambre (que es el peor virus) al margen de los poderes públicos.
Hay mucho debate sobre la pandemia; persona frente a colectivo, seguridad frente a libertad, sufrimiento o muerte. Pero sin diálogo es muy difícil una reflexión profunda, no entiendes al contrario ni a ti mismo.
Ha habido una auténtica ausencia de la verdad. Y llega un momento en que uno piensa que todo es una manipulación y puedes decidir lo que más te interesa. La política ideológica del pensamiento único lo manipula todo, hasta la conciencia. La historia de la humanidad pone de manifiesto de lo que es capaz el ser humano cuando dimite de su propia conciencia y se doblega a lo que dicta la política de cada momento.
No se sabe hasta cuándo va a durar esto. Ya nos están quitando las mascarillas, pero no las vacunas. Uno de los hombres más poderosos del mundo, dice que los países pobres no vencerán la covid hasta finales de 2024. Yo no sé si este individuo dormirá tranquilo, pero yo me desvelo pensando quiénes son los pobres y quiénes son los ricos. Quién llegará vivo al borde de la desesperación antes del 2024. Todavía sigo aprendiendo mucho de los pobres. Y también de los ricos y poderosos.
He aprendido de los pobres que, cuando el bien común lo exige, se pone la mascarilla o lo que haga falta para seguir viviendo. Y de los poderosos políticamente correctos, que quieren sobrevivir en países que siempre ha habido clase alta e intocable pero no a cualquier precio. Pero ahora por lo menos con el virus, hemos llegado a cierta igualdad, por mucho que se empeñen en el precio. ¡La covid nos ha hecho a todos vulnerables!