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Cartas al director

Los niños, especie en extinción

Pasaba junto a un colegio y se oía el griterío y la alegría de los niños en el patio, alegría que contagia a cuantos estábamos próximos al colegio. Eso es algo característico de todo lugar donde abunden los chiquillos.

Pero esto tan natural y bonito, no parece que sea el deseo de este Gobierno, según actúa y legisla. Todos recordamos a Herodes I el Grande como el que dio la orden de ejecutar a todos los niños. ¿Difiere mucho esta orden de las leyes que se imponen en nuestro país para que las madres vayan al «matadero de niños», los abortorios? Claro que difiere; entonces las madres luchaban contra los que degollaban a sus hijos, hoy lucha el Gobierno contra quien quiera evitar estos asesinatos, aunque solo sea rezando.

También representa una especie en extinción, si consideramos las declaraciones de la nefasta exministra de educación, Isabel Celaá, afirmando que los niños no son de sus padres. Si los padres no pueden tener niños, serían propiedad del Estado y en ese caso para qué procrearlos. Igualmente dejan de ser niños cuando se adoctrina a la infancia, robándole la inocencia y el candor propio de su edad, montando talleres de masturbación y orientación desmedida de sexualidad, para niños desde 3 años, como los que se están realizando por el territorio nacional. Alguna ministra, Irene Montero, ha afirmado que los niños pueden tener relaciones sexuales con adultos; ¿no es esto pederastia? Igualmente les inducen a la transexualidad. La degradación moral de los que nos gobiernan, especialmente del presidente, llega a unos extremos inconcebibles.

Asesinatos, manipulación ideológica y moral, rebaja en la enseñanza a recibir y desprecio de los valores éticos son actitudes que imponen nuestros gobernantes, tendentes a la degradación de la futura sociedad, impidiendo que los niños sean niños y que los mayores les orienten por los caminos más acertados. Pero este proceder se adivina también en los próximos gobiernos de otro signo político.