Cartas al director
Perversión sindical
Ante la proximidad de las elecciones de mayo, ha comenzado el maratón de protestas sindicales en Madrid con el objetivo de acosar a Díaz Ayuso. Era previsible. La izquierda totalitaria se le ha indigestado el varapalo que la presidenta de Madrid le propinó en las últimas elecciones, y está dispuesta a revolcarse por el fango del sectarismo. Resulta sorprendente y altamente sospechoso que centren sus reivindicaciones sanitarias en la Comunidad de Madrid, que goza de uno de los mejores servicios sanitarios de España, en lugar de movilizarse en las comunidades en las que la calidad sanitaria ocupa el furgón de cola, como Castilla-La Mancha, Aragón o Extremadura. ¿Por qué esa incoherencia y esa discriminación? Sencillamente porque esas comunidades son gestionadas por la izquierda. Es un alarde miserable de sectarismo e hipocresía, y demuestra que que la finalidad de sus protestas no es la defensa de la sanidad pública sino la obtención de réditos políticos.
No aprenden de sus fracasos e insisten en sus torpezas. Cada vez que intentan derribar a la presidenta madrileña, el belcebú de Sánchez e Iglesias, incrementa de forma notoria la nómina de sus votantes.
A los sindicatos, su sectarismo, sus incoherencias y los antecedentes delictivos de algunos, les ha llevado a un nivel ínfimo de credibilidad. Primero fueron las tarjetas black de Caja Madrid y después el fraude sideral de la trilogía diabólica inventada por la UGT («rápel», «bote» y «canon revolucionario») para manejar de forma ilícita el dinero público.
Todas sus perversiones han ido minando su credibilidad hasta dejarla herida de muerte. Una vergüenza.