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Cartas al director

Siempre pierde la vida

El Tribunal Constitucional avala la ley del aborto de 2010. Y abre la puerta a un supuesto derecho, el de eliminar la vida. «Los derechos de las personas no emanan de ningún parlamento ni de ningún tribunal, sino que los tenemos por naturaleza para nacer y vivir». El ser humano está en este mundo para dar vida y nunca para deshacerse de ella.

Es triste comprobar que la vida, que es lo más sagrado, se pone en cuestión en su origen. Cuando uno entra en su profundo contenido comprobamos que la vida no la encontramos para nosotros, sino que la damos, la regalamos. Poniendo por delante de ti la vida y el bien, o la muerte y el mal. Elige, vivir o morir. Nos está poniendo a prueba el sanchismo para vivir, a través de sus desigualdades estructurales según identidades, nuevos derechos ligados a dar muerte (aborto, eutanasia), o a practicar mutilaciones y castraciones legales con la ley trans.

El que tenga oídos para oír los latidos que oiga. Hablad a los que quieren oír, aquellos en cuyo corazón está el ser humano íntegro. De lo contrario es inasumible por una ideología, entender la vida. Una ley nos puede resultar muy dura, de estricta justicia. Pero las del aborto y trans hacen que cada uno sufra lo que hace sufrir a otros, de que cada cual pague estrictamente su culpa.

Equilibrando la justicia, no se puede permitir que el crimen, el dolor y la maldad queden impunes. Hay que restablecer el orden, el equilibrio de la naturaleza humana. Justicia estricta: que el que la haga la pague, y la pague, en la medida que la hizo.

El verdadero progreso, el autentico futuro. Es el amor al enemigo, no simplemente con un perdón. Perdón al enemigo, al que me destruye lo más querido por mí. La vida. ¿Cómo puedo convivir con personas que hacen de la justicia estricta la ley de la vida? ¡Imposible! Sin embargo hoy ¿A quién se tiene que parecer el ser humano? ¿A cualquier animal de la creación sin derechos y deberes? Entonces dejaremos de ser humanos…