Fundado en 1910

Cartas al director

Renovación socio-política

La solución a la progresiva degradación política y social española –inserta en la de Occidente– podrá partir de nuestras raíces más auténticamente evangélicas, y nunca contribuyendo a la polarización izquierda-derecha. Esa dialéctica tribal funciona como un arma de manipulación masiva, y en España es especialmente tóxica.

Izquierdas y derechas parecen responder a dos tipos «psicológicos» de persona, de ahí su éxito. Hay personas más proclives a la derecha (orden, tradición) y otras más a la izquierda (cambio, compasión). Sin embargo, estas visiones no son antagónicas, sino complementarias, y se necesitan mutuamente. Suponen un gran lastre los estereotipos polarizados, de forma que los de izquierdas serían unos sinvergüenzas inmorales y toda su preocupación social sería falsa, mientras los de derechas serían pijo-fachas sin escrúpulos que quieren mantener sus privilegios. La mayoría de los votantes de izquierda y derecha no son imbéciles ni malvados.

Es preciso extraer y reunir lo más sólido y justo de los discursos de derechas e izquierdas: la defensa de la familia, la atención prioritaria a los más desfavorecidos, la protección de la vida humana desde la concepción, la defensa de la sanidad y los servicios públicos, la seguridad social, la escuela y universidad para todos, la libertad de educación y religiosa, la justicia social e internacional. También urge un nuevo estilo de hacer política, alejado de la confrontación y la polarización, que promueva el encuentro y la sinergia con todos, en cuestiones en las que sea posible.

Una solución así tendría importantes enemigos, porque parte de la degradación política y social actual responde a grandes intereses internacionales, nada democráticos. Sus falsas ofertas de justicia y libertad, que arrastran a muchos a su servicio por medio de las ideologías, solo se pueden combatir promoviendo verdaderamente la justicia y la libertad, dejándoles en evidencia ante nuestros conciudadanos.