Cartas al director
¿Autodeterminación de género?
Cambio de sexo exento de informe médico o psicológico, hormonación de menores sin consentimiento paterno y todo cubierto por el Sistema Nacional de Salud. Lo anterior ha exasperado hasta a los colectivos feministas marxistas ya que elimina de un plumazo la categoría jurídica de mujer basada en el sexo biológico. ¿Sólo se acude al profesional médico en el momento de la intervención, sin contar con el necesario criterio científico previo? ¿Prescindimos de la evaluación psicológica que certifique la capacidad necesaria para decisión tan determinante? Que un niño o niña viva en una identidad sexual distinta a la que se siente debe ser horrible, por tanto, necesita todo el asesoramiento posible de expertos y el apoyo incondicional de sus padres para evitar irreversibles equívocos que predeterminen su etapa adulta. ¿Es una persona madura al 100 % en estas tempranas edades? Según Javier Urra, doctor en Psicología y Ciencias de la Salud y exdefensor del Menor, tajantemente no, y, añade, «si queremos que el adolescente no sufra hay que contar con las máximas garantías». Ciertamente la sociedad debe despatologizar la transexualidad, pero sus más fervientes simpatizantes no han percibido que esta ley está desprotegiendo lo que realmente dice defender. ¿Qué puerta queda a aquellos que se desdigan del cambio tras una cirugía? La depresión y, a veces, el suicidio que se incrementa de forma exponencial en estos casos, según las estadísticas. Además, suecos, ingleses o finlandeses ya se dieron de bruces con los nefastos resultados que le han aparejado estas insensatas leyes que aquí algunos perciben en su candidez como una panacea.