Cartas al director
Apisonadora legislativa
Tenemos unos órganos consultivos con lo más granado de sus especialidades ignorados sistemáticamente por un ejecutivo obcecado en el poder sin plantearse siquiera las repercusiones tan nefastas para la convivencia social que su apisonadora legislativa genera. Al igual que la ley del 'sólo sí es sí' ha traído excarcelaciones y reducciones de penas indeseadas, las cuales ya fueron avisadas por aquéllos, ahora la aprobación de la nueva reforma de la ley del aborto acarreará nuevamente más quebraderos de cabeza, por su incoherencia e incompatibilidad legal con principios básicos y no será porque los organismos competentes no lo hayan advertido. No hace falta ser un experto en leyes para comprender las incongruencias aparejadas, por ejemplo: si su hija menor de 17 años quema un contenedor será avisado «ipso facto», como progenitor, del deleznable hecho, pero si decide abortar, no, según prescribe la desquiciante reforma libertaria, entre otras sinrazones. Luego, llama la atención que estos gobernantes del ala morada quieran informar a los infantes de los placeres sexuales más insospechados a tan temprana edad, pero a las adolescentes abortistas le coarten su derecho a la información ante práctica irreversible de seguras consecuencias futuras. Curioso, cuando menos, el doctor 'No' con sus ciento treinta y tantos reales decretos leyes incorporados al BOE, algunos con claras deficiencias normativas, consiente, una vez más, un nuevo despropósito como la ley trans por mantenerse algunos meses más en Moncloa. A buen seguro, nos hemos convertido ya en el hazmerreír de las vecinas democracias que un día admiraron nuestra modélica transición, tan denostada por sus impresentables socios, con su seguro beneplácito.