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Cartas al director

Moción de censura

Hemos celebrado en días pasados una moción de censura a nuestro Gobierno. Muchos lo han tomado como un espectáculo circense, pero creo que eso es algo más serio que una diversión: es el lamento de personas responsables contra el proceder inútil y perverso de nuestro Gobierno. Y de esta forma lo han manifestado en sus intervenciones, no solo los políticos responsables, también una persona ajena a ese mundo, pero que se ocupó mucho de España en años atrás, con la ideología que sea, pero con la maestría de una persona con grandes dotes y conocimientos de materias diversas. Cualquiera de los políticos que ahora dominan el poder, no le llegan ni a la suela de los zapatos a D. Ramón Tamames. Es increíble que a fray Mentiras no se le caiga la cara de vergüenza cuando se airean sus felonías, sea a nivel del Parlamento como a nivel de calle.

Ha sido maravilloso poder observar como se recuerdan las falsedades, inutilidades y manipulaciones del ultraizquierdista Pedro Sánchez. Toda su valía está encerrada en la verborrea que emite, al mejor estilo de Fidel Castro, generalmente para su autocomplacencia y la de los fieles seguidores que tiene, pero incapaz de afrontar los problemas reales del español de la calle; solamente sabe «darles limosnas» o «untarles», con el objetivo de conseguir su deleite y su voto.

Nunca hubo en España un gobernante (ni lo hay en la Europa democrática) que estuviera tan obsesionado en mentalizar, ideologizar y manipular las mentes del pueblo, especialmente la de los niños, para llevarlas a su terreno. Tampoco lo hubo que se dedicara tanto a la búsqueda de los medios que le permitan quedarse en el poder por tiempo indefinido, al estilo de los más destacados autócratas, al tiempo que monopolizar y someter a todas las instituciones del Estado que debían ser ajenas al poder.