Cartas al director
El fin de las autonomías
Muchísimos españoles estamos cansados del sistema autonómico, al que consideramos un rotundo fracaso.
Actualmente esto sólo es defendido por el tercer partido político de España, Vox, que cuenta casi con cuatro millones de votos.
En cuanto se plantea el fin de las autonomías, lo primero que te argumentan en contrario es que eso no es posible.
Cuando acabó el régimen de Franco teníamos un Estado centralizado y si alguien hubiera pensado que las cosas no se podían cambiar no habríamos llegado a la situación actual, de auténtico desmadre autonómico en el que casi se llega a la independencia de Cataluña en el año 2017.
Cuando se está convencido de algo, en este caso el fin de las autonomías, se debe defender con una política de máximos, es decir, dejar claro que en tu máximo de programa político está el fin de las autonomías, por mucho que sepas que eso es difícil y que no se puede hacer de un día para otro. Justamente eso es lo que han hecho los partidos llamados nacionalistas, tener claro cuál es su política de máximos –la independencia– e ir dando pasos en ese camino sin abandonar nunca el objetivo final.
Uno de los argumentos a favor de las autonomías es decir que con ello se acerca el Gobierno a los ciudadanos, como si hoy, en la era de lo digital y cuando la mayoría de las gestiones se deben hacer en la red de internet, necesitásemos más oficinas físicas o la decisión que se vaya a tomar más lejos del lugar fuera perjudicial a los ciudadanos o como si en un sistema centralizado no pudiese haber delegaciones de los ministerios y de todos los organismos en todas las capitales provinciales o en las comarcas o en las ciudades donde pudieran ser necesarias.
El sistema centralizado no tendría que ser ningún inconveniente para preservar los otros idiomas españoles que no son el español, ni para adaptarse a las características que la administración necesitase en cada provincia.