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Cartas al director

No vivimos buenos tiempos

En estos momentos que vivimos parece que lo que sale de nosotros no tiene la calma extraña del sosiego, sino la velocidad enloquecida de la angustia, por la falta de dirigentes que den confianza y seguridad.

Aprendí que la realidad de algo es inversamente proporcional a la sombra que ese algo proyecta. La sombra es el reverso en negro que un ser engendra de adentro como su no ser, es el lugar donde acaba su ser y su frontera. La filosofía del límite abarca muchos campos del ser humano, como pensamiento, arte, política, humanidad y muchas cosas más. Pero todo límite es también apertura de posibilidades. Y los políticos actuales no tienen ni sombra, les falta dignidad, preparación y principios. Y les sobra soberbia ideológica bañada de mentiras, que hacen que nuestras vidas sean cada vez más difíciles.

Parece que el mundo se ha vuelto al revés y el Cielo desarmado. Sin duda por la cobardía de los hombres que no permiten exaltar y defender una patria unida. Debemos encontrar una religión civil en el corazón de los pueblos que les enseñe a amar y defender la libertad sin angustias. La angustia es el signo de la existencia. Y la desesperación la enfermedad mortal del alma. Hay movimientos del alma por encima de toda angustia, es la contraposición a la manera de afrontar la desesperación.

El pensador francés Albert Camus, premio Nobel a los cuarenta años y referente ético, escribía que la libertad se merece y se conquista, contra los traidores de la patria. Se enfrentó al fascismo y después al social-comunismo no soportaba las disciplinas dictatoriales de los partidos. Y menos de sus dirigentes. Y llamó a la insurrección frente a los regímenes fascistas de las dos manos. Afirmando que no somos nosotros los que hemos elegido las dictaduras para matar al pueblo de hambre. Nos han puesto en la tesitura de restablecer una nueva democracia inseparable de la libertad para no ponernos de rodillas.

Los que amamos la libertad debemos pensar igual. Para que no nos domine ninguna tiranía…