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Cartas al director

Bécquer a la hoguera

«Ella era caprichosa, caprichosa y extravagante, como todas las mujeres del mundo». Viendo el ultrafeminismo que infecta a la sociedad española actual, habría que hacer un nuevo escrutinio de obras de la literatura y quemar aquellos libros que no cumplen los patrones que marcan la progresía de izquierdas. Por lo tanto, Bécquer a la hoguera. También hay que reseñar que, viendo que actualmente lo que impera es el materialismo y el hedonismo más radicales, sexo liberado y descarado e igualdad hetero y homosexual, lo que sigue hay que guardarlo para siempre en lo más hondo del baúl de los recuerdos: «Ella era hermosa, hermosa con esa hermosura que inspira el vértigo…hermosura diabólica, que tal vez presta el demonio a algunos seres para hacerlos instrumentos en la tierra». Nada más que hablar, Gustavo Adolfo, eres un romántico machista y, para más inri, con sentimientos religiosos, hablando de mujeres con hermosuras divinas y colando al demonio en tus elucubraciones. Y para rematar todos estos ejemplos de machismo puro y duro de Bécquer, veamos cómo califica al enamorado: «El era supersticioso, supersticioso y valiente, como todos los hombres de su época». Animo a los componentes de la nueva Inquisición española, que persiguen con tanta pasión lo políticamente incorrecto, para que vean que es imprescindible hacer una revisión total de nuestra literatura y extirpar de ella hasta la más mínima huella de machismo… El Pedro Alfonso de Orellana de las leyendas becquerianas, los don Quijote y Sancho cervantinos, los Álvaro Mesía y Fermín de Pas de La Regenta, el Juanito Santacruz galdosiano, etc. Vamos, la peste del más puro machismo. Todos esos personajes literarios son nefastos ejemplos, todos a la hoguera.