Cartas al director
¿La democracia está en peligro?
Politólogos más afamados que quien esto escribe han manifestado que la continuidad de la democracia, tal como la consideramos hasta ahora, podría estar en peligro amenazada tanto desde el interior, partidos antisistema, como desde el exterior, ideologías autoritarias. Y es que, en su virtud, respeto a cualquier ideología, está la debilidad de la democracia; los que desean cambiarla se apoyan en sus normas para derribarla.
Durante un tiempo su existencia parecía a salvo, salvaguardada por las decisiones de los ciudadanos en las urnas, apartando del Gobierno y dejando en clara minoría a las ideologías destructoras que se cubrían bajo su manto.
Pero la situación ha cambiado, aquella elección ciudadana ya no resulta tan clara, tan evidente para el elector; los ciudadanos ahora nos mostramos atraídos por nuevas ideologías, y caemos en las operaciones de mercadotecnia que fabrican los partidos políticos, los de larga trayectoria y los nuevos, algunos de los cuales, amparados por esa democracia, no demuestran ningún respeto hacia ella, ni en el fondo ni en las formas.
Hay estudios que analizan la calidad democrática de los países. Uno de ellos, el que publica The Economist (T.E.), analiza estas cuestiones: proceso electoral y pluralismo, funcionamiento del gobierno, participación política, cultura política, y libertades civiles. El resultado de T.E. para España del año 2021 no es muy bueno, pues figura en el puesto 24, descendiendo respecto al estudio de 2008, donde estaba colocada en el 15, con lo que ahora queda calificada como «democracia deficiente». La universidad sueca de Goteburgo (U.G.) efectúa otro estudio de los principios que forman parte de la democracia: liberal, electoral, participativa, deliberativa, e igualitaria. Aunque el resultado para España de U.G. parece mejor, ya que la sitúa entre las 15 democracias europeas, la realidad es prácticamente idéntica al estudio de T.E., ya que éste incluye a países fuera de Europa; además, el estudio sueco muestra nuestra pérdida de posiciones en todos los principios estudiados, más en unos que en otros, respecto a años anteriores.
En un reciente artículo el profesor Azcona recordaba al filósofo Isócrates, quien afirmó que la democracia se autodestruye cuando se abusa de la igualdad y del derecho a la libertad, siendo más grave el peligro cuando la impertinencia pasa a ser un derecho, y la falta de respeto a las leyes es considerada como libertad. Hace más años, el Sr. Candel, editor de una de las traducciones de La República de Platón, comentando la alegoría de la Caverna, escribía esto: «Como consecuencia de la reacción agresiva de los oligarcas ante el igualitarismo democrático que amenaza sus privilegios, el pueblo cae en la tentación de ponerse bajo la tutela de un demagogo que, actuando despóticamente, liquida el poder de los oligarcas, pero, tras una serie de medidas redistributivas, se vuelve contra su propia base para perpetuar su poder personal, aliándose con los antiguos oligarcas debilitados y promoviendo guerras contra otros Estados para desviar la atención y las energías de sus súbditos hacia el exterior e impedir que le exijan cuentas de su gestión interna».
Es un párrafo excesivamente largo pero que he reproducido por su interés, y que cada lector extraiga sus propias consecuencias.