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Cartas al director

Cuestión de prioridades

Como ha recordado en varias ocasiones el propio presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, el tema catalán –llámenlo problema, conflicto, agravio– no está solucionado. Hay quien cree que no se arreglará nunca, hay otros que les parece un debate de una tremenda pesadez y los hay también, algunos, que intentan buscar fórmulas para superar el actual marco legal. Al presidente de la Generalidad se le supone por el cargo que ocupa que está obligado a trabajar en una solución y por eso no está de más que haga una propuesta como la que hizo hace unos días para desarrollar un acuerdo de claridad. Puede sonarles mal a muchos que vuelva ahora a plantear un referéndum identitario, pero dejó claro que este sería siempre acordado con el Gobierno central, a diferencia de la consulta del 1-O. El sistema propuesto por Aragonès con participación ciudadana y, sobre todo, con la intervención de los grupos parlamentarios es un buen punto de partida para lograrlo. Siempre hemos defendido que la reforma que se plantee debe ser compartida por los partidos independentistas y los que no lo son. La crítica que se le puede hacer a Aragonès es si el momento escogido para hacerlo público es el más oportuno. ¿Realmente el encaje territorial de Cataluña en España es el problema más grave que tiene actualmente Cataluña? Pues bien, el propio presidente se encargó de contestar en la misma conferencia de prensa que no, cuando dijo que la sequía sí que era “el problema más grave que deben afrontar en este momento. Por tanto, el objetivo prioritario no debería ser otro que gobernar. Ha costado mucho que se aprobaran los actuales presupuestos, es el momento de sacar provecho a estas circunstancias y, sobre todo, a las cuentas para gobernar. El acuerdo de claridad es importante, pero el país tiene otras muchas prioridades que no pueden esperar.