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Cartas al director

Basta ya de engaños

Aquí no tenemos suficiente con las campañas electorales, además añadimos tiempo extra como en el fútbol con las precampañas, así que este año va a ser un puro mitin, se cierne sobre la sociedad el peligro palpable de que la verdad desaparezca del debate público y mientras Sánchez venga a sacarse pisos de la chistera, se le va a quedar España pequeña y va a tener que construir también en Portugal. Mientras la propaganda de todos los partidos se esfuerza en crear artificios, la savia del país, que es la clase media, atraviesa uno de sus peores momentos, atenazada por una situación que le hace perder esperanzas y ganar amenazas. El exorbitado incremento del coste de la vida le recuerda todos los días la diferencia entre la fantasía de los políticos en sus tribunas y la cruda realidad con que se encuentra al salir a la calle e ir al supermercado. La inflación, que no se debe solo a la guerra de Ucrania, sino también a la falta de perspectiva de la política nacional y a una errónea política monetaria del Banco Central Europeo, se ha convertido ya en un mal estructural.

Difícilmente bajarán los precios si la única medida consiste en aprobar insignificantes recortes en el IVA de algunos productos.

Porque, mientras se pone ese parche –que ni siquiera cubre la carne y el pescado–, la economía se hace más dependiente de países que dominan los mercados, la energía, los suministros e incluso las materias primas esenciales para el futuro. Europa lo sabe, pero descansa plácidamente, y la política española apenas tiene capacidad de reacción. Difícilmente se emanciparán los jóvenes o se revertirá la pérdida de población cuando el mercado de trabajo se debilita con la exigencia de más impuestos y cotizaciones, justo en el año en que más ingresa Hacienda, que sí aprovecha la subida de precios en su beneficio. O se hace inasumible comprar o alquilar vivienda, en medio de fuegos fatuos con proyectos de leyes intervencionistas sobre la propiedad privada, y promesas irreales que no tienen más alcance que lo que dura el mitin político. Como se ve, todos los grandes ejes de la sociedad democrática están agarrotados. Va mal la economía, van mal las expectativas, van mal los derechos básicos. Por eso hay que reclamar a todos los políticos que miren al país real y no nos engañen más.