Cartas al director
De la Tuna a los abucheos
No es de recibo la ausencia del presidente del Gobierno en la entrega del Premio Cervantes, en este caso al poeta venezolano Rafael Cadenas que no comulga con los actuales políticos de su país. Durante el acto pronunció una bella frase: «Estoy lleno de España». Qué bonito. Gracias, poeta.
Mientras, Sánchez se quedó encerrado en su mismidad, fuera de eso tan molesto que es pasear unos metros delante de los ciudadanos de la monumental Alcalá de Henares. O incluso tener que ceder el paso al Rey, o verse obligado a saludar a la presidenta de la Comunidad de Madrid. El día 23, para celebrar el Día del Libro, tuvo un «acto solemne» en una librería de Fuenlabrada en donde se reunió con la librera, un acompañante y los cámaras de su NODO. Una multitud, vamos. Eso sí, todo bajo control.
Contrasta esa actitud huidiza y temerosa ante la gente –por decirlo con un eufemismo poco hiriente– con lo que le ocurre a Isabel Díaz Ayuso que se pasea por las calles entre la simpatía y los aplausos de los ciudadanos. Por algo será. A su llegada, la Tuna de la Universidad de Alcalá la obsequió con algunas de sus canciones que la presidenta escuchó agradecida.
Lamentable, desde el punto de vista protocolario, la ausencia de Pedro Sánchez en la gran fiesta anual de las Letras españolas. Aunque, por otro lado, parece que no se le echó mucho de menos. Tampoco los ciudadanos que cambian de canal, en cuanto sale en sus televisores.