Cartas al director
Promesas no. Honradez
Estamos inmersos, durante este año, en un proceso sucesivo de elecciones, algo anejo a la democracia. Todos los candidatos no cesan de pregonar sus ofertas en demanda, claro está del voto del elector. Y estas ofertas se convierten comicios tras comicios en promesas, promesas, promesas… y parece no equivocarme que algunas de esas promesas que se hicieron en las primeras convocatorias de nuestra actual democracia siguen todavía sin cumplirse pese a que los gobiernos han pasado ya por todos los colores del arco iris.
Personalmente, aunque he votado en todos los comicios, no he asistido nunca a ningún mitin. Siempre he tenido algo que hacer de más relevancia y, especialmente, porque ningún político ha encabezado su programa con una simple frase (y sobraba todo lo demás): «Voy a gobernar con honradez». Gobernar con rectitud de ánimo, integridad en el obrar, en palabras del Diccionario de la RAE.
Una única creíble y posible palabra: honradez. Un candidato, un programa político, apoyado en la realidad de este apotegma se convertiría, pues, en una celebridad preeminente digna de ser votada.