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Cartas al director

Ciudadano normal o delincuente

Padecemos una España crispada, desunida e injusta, donde el ciudadano no parece votar con la cabeza, dejándose gobernar por sectarios comunistas, separatistas y filoetarras. En esta España desnortada, en una ciudad española, observó el que escribe una escena desmoralizadora. Una persona de edad avanzada cruza la calle por un sitio indebido y le cae la del pulpo por parte de una supuesta autoridad; que, con ademanes, gestos y palabras autoritarias, le afea su conducta. El anciano, sorprendido, se justifica y se disculpa, pero la supuesta autoridad autoritaria sigue erre que erre, con formas que rozan la grosería, reprochándole al anciano su falta o «delito». Hice lo que hizo el supuesto «delicuente», que cometió el delito de no cruzar la calle por el paso de cebra. Seguí mi camino, pensando en lo bajo que ha caído está sociedad española, hipócrita y errática, donde el ciudadano normal es un delincuente y el delincuente es un héroe.