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Cartas al director

Geografía para líderes

Durante el franquismo, las aulas de los grupos escolares estaban forradas de mapas. El mapamundi se utilizaba para repasar las capitales. El mapa de España, entonces con provincias, se usaba para visualizar un país unitario y para reforzar la formación del espíritu nacional. Llegada la democracia fueron cambiando los modelos político, territorial y educativo. Se podría asumir que quedan pocos franquistas y que los líderes de partidos con ideologías heredadas están mejor formados; sin embargo, por lo que dicen, tienen lagunas.

La asignatura de Geografía, hasta entonces demasiado memorística, fue estigmatizada. Considerada un vestigio del régimen anterior por los pedagogos renovadores, fue relegada en los planes de estudio e incluso su nombre fue sustituido por otro eufemístico y abstracto: Conocimiento del Medio. Los mapas desaparecieron de las aulas.

Volverían luego, pero ya en las aplicaciones de internet. Entretanto, un par de generaciones pasaron desubicadas. A algunos de sus líderes no se les daba bien la Geografía. Ciertos despistes territoriales son dignos de ser incluidos en la antología del disparate. Deducíamos qué quería decir Rajoy, pero no entendíamos qué decía, cuando afirmaba que «España es una gran nación y los españoles muy españoles y mucho españoles». Deducimos qué quiere decir Feijóo, pero no comprendemos qué dice, cuando asegura que «necesitamos a Cataluña: en primer lugar, los catalanes, en segundo lugar, todos los que respetamos esta tierra, y, en tercer lugar, todos los españoles que somos catalanes con independencia de donde vivamos, igual que los catalanes son gallegos y andaluces, vivan donde vivan».El exceso de kilómetros en campaña no justifican que Feijóo cierre un acto en Badajoz así: «Acabo con la palabra ilusión, porque eso es lo que percibo cada vez que vengo a Andalucía». O considera a Badajoz ciudad de paso o no tiene claro el mapa autonómico; la frase no le da votos en Extremadura.