Lobato y Maroto, no me vendáis la moto

El pasado 16 de mayo recibí una carta con motivo de las elecciones que tenemos a la vuelta de la esquina. Hasta ahí todo normal. Lo curioso fue que en una familia de cuatro sólo mi hermana y yo, de 18 y 22 años respectivamente, recibimos la carta. ¿Por parte de quién, se preguntarán? Por parte del PSOE, nada más y nada menos que de Maroto y de Lobato.

Leí la carta de principio a fin para saciar mi curiosidad por saber qué propuestas planteaban como para que diesen prioridad a los jóvenes en recibirla. He de decir que no me produjo la indiferencia que esperaba, más bien me enfadó, y no precisamente por las ya conocidas faltas de ortografía, que es lo de menos, sino que realmente lo percibí como un profundo insulto a la inteligencia. ¿Por qué razón se pensarán, después de todo lo que hicieron y siguen haciendo, que tienen más posibilidades para gobernar pidiendo el voto a los jóvenes?

«¿No crees que la gente joven merecéis más en la Comunidad de Madrid?». Desde luego que sí. Por ello precisamente me niego rotundamente a confiarles mi voto. El 28 de mayo votaré en contra del adoctrinamiento y la mentira, en contra de papá Estado que infantiliza a sus ciudadanos, en contra de la corrupción masiva, en contra de la desmemoria antidemocrática, en contra de los continuos e incesantes ataques al Estado democrático de derecho, en contra de ETA y el totalitarismo. Pero, sobre todo, en este 28 de mayo votaré a favor de un Madrid próspero, a favor de un Madrid con cultura, a favor de un Madrid abierto, a favor de un Madrid lleno de oportunidades, a favor de un Madrid libre.