23-J

Desde la llegada de Sánchez a la Moncloa ha demostrado que no es un político entregado a la nación española, sino que cada uno de sus movimientos van dirigidos a mantener su sillón azul en el Congreso.

Sus discursos populistas cargados de demagogia y todas las medidas electoralistas que constantemente lanza para hacer campaña desacreditan su figura.

La labor del político es estar al servicio de la nación, y él se conforma con mantener su posición de prestigio.

Si esto no fuera así, habría buscado otras vías de consenso, y no habría abrazado al separatismo, al terrorismo y al comunismo. Ahora, desarticulados sus socios, tras la desaparición de Podemos a costa de Sumar, buscará una nueva coalición con Yolanda Díaz, y para ello no tendrá reparo en desacreditar toda la labor de Montero y compañía, a pesar de haber pasado toda la legislatura rendido a sus pies y aceptando sus políticas ideológicas.

El 23-J, será una jornada para el recuerdo, Sánchez nunca ha mirado por el bien común y de nuevo nos ha demostrado que su individualismo es más importante en su programa que los españoles. Si verdaderamente fuera consciente que la derrota en los comicios municipales y autonómicos son consecuencia de su mala gestión, daría un paso al lado.

La derecha está completamente movilizada, pero Sánchez ha demostrado que no da puntada sin hilo, y su orgullo no va a ser menos en esta ocasión.