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Cartas al director

Reflexiones a posteriori. Lo de Espejo, algo insólito

Sin acritud y contando la verdad. Séneca dijo: «Prefiero molestar con la verdad que complacer con adulaciones» Espejo, un pueblo de la provincia de Córdoba, un caso perdido, un sin sentido, una irracionalidad, un despropósito. El garbanzo negro. He ahí la terrible ingratitud de un pueblo.

Un pueblo en decadencia gobernado siempre por las izquierdas, un pueblo que ha votado al pan y circo, «con intereses creados, favores agradecidos y votos comprados», un pueblo, en definitiva, de muchos gachones que van a su avío. Así gana el PSOE en Espejo.

Un pueblo que ha votado a toda la herencia que nos ha dejado un hombre malo y traidor. Malo por todas las leyes tan ideológicas, parciales y ateas que ha aprobado, y traidor por la multitud de promesas realizadas en campaña electoral aprobadas, a posteriori, en consejo de ministros. Y para más inri, después de perder a nivel nacional, su alucinante convocatoria de elecciones generales en pleno mes de julio, con vacaciones y con calor sin miramiento alguno y sin tener en cuenta su decreto sobre las consecuencias de trabajar con calores extremos, calores que van a perjudicar no sólo a los que acudan a votar, sino a los que tienen que trabajar por obligado cumplimento, antes y después, en todo lo que engloba el proceso electoral. Un Pedro Sánchez que se ha reído del Estatuto Andaluz que prohíbe convocar elecciones en los meses de julio y agosto. Un Pedro Sánchez que, con su ira, revanchismo, venganza, resentimiento, mala fe, y mal perder, sigue perjudicando a Andalucía con Doñana y con las fresas.

El que es malo intenta morir matando, así lo dice la sabiduría popular: «Comportarse o –especialmente– expresarse, en una situación desesperada y en la que todo está perdido, sin autoimponerse restricciones, tapujos ni ambages». Ese es Pedro Sánchez con su vanidad de vanidades que acudió al Congreso, como presidente de la nación española, para recibir el aplauso de sus incondicionales y para ofender duramente al PP y a Vox.

Los españoles no nos merecemos lo que está haciendo un hombre sin piedad que ha perdido el rumbo, el sentido común, la honesta responsabilidad, la racionalidad, la misericordia, el respeto, y el bien hacer comunitario nacional.

Manuel León Vega