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Cartas al director

La bandera liberal

Decía el doctor Marañón que él nunca fue un hombre de «partido» sino, más bien, un defensor de la bandera liberal, allí dónde pudiera ser útil para todos, liberales o no. En esta reflexión me quedo. Porque, a la postre, ser o no ser de una manera o tener cualquier ideología es, básicamente, como ponerse un traje determinado en circunstancias concretas. ¿Qué sería entonces lo más auténtico? Sin duda alguna, la coherencia y la libertad de defender los valores y principios que sirvan de común entendimiento, la tolerancia, el respeto a los que, legítimamente, no piensan igual que nosotros y, sobre todo, la búsqueda del bien común, en lugar del egoísta interés particular. O sea, la bandera liberal de Gregorio Marañón, fallecido hace seis décadas pero, en espíritu, más vivo que nunca. En estos tiempos de enfrentamiento y decadencia, esa bandera la representan mujeres y hombres de signos políticos variopintos. No importa de dónde vienes sino a dónde quieres ir y llevarnos a los demás.