Cartas al director
¿Dónde está la luz?
Anterior a la creación del mundo, cuando la tierra estaba desordenada y vacía, el espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Y entonces dijo Dios: «¡Hágase la luz!» Y hubo luz. Y vio Dios que la luz era buena y apartó la luz de las tinieblas. Y creó la humanidad.
Pero no tenemos los humanos suficiente luz para esa capacidad creativa, solo reclamamos gritando, «luz, más luz» que es lo que se necesita en un momento fatídico como el actual en donde todo parece que esta por crear, lo existente carece de calidad humana y de esencia política. Nos invaden y nos inundan la vulgaridad, la mediocridad y la mentira.
Los graves problemas de la actualidad son: la desigualdad económica, «los pobres son más pobres y los ricos más ricos», los ricos soportan mejor el impuesto de los pobres, que no es otro que la inflación, compran menos con la misma moneda y tienen menos luz para ver, por la falta de «luz» de los dirigentes. Las injusticias y el abuso de poder, ¡todo a media luz! Depende de los intereses en juego. El régimen político vigente dista mucho de una democracia plena. Le falta un gran foco de iluminación.
No estamos en una situación de la que podamos sentirnos orgullosos como humanidad, el mundo rico tiene que asumir la responsabilidad de enriquecer tanto la vida económica como la calidad democrática y cultural del mundo pobre. Será realmente vergonzoso no hacerlo. Y para eso se necesitan dirigentes que tengan las luces largas de calidad que alumbren decisivamente una convivencia humana, entre ricos y pobres, que siguen teniendo más miedos que esperanzas reales.
Con un dirigente sin ética, prisionero de sus deshonestidades y su falta de luces, y con una ignorancia en cambio, muy sofisticada para poder olvidar el apagón mental. Es imposible ver la luz de la realidad. Donde nos colocará en una situación deprimente de sumisión a la oscuridad…