Cartas al director
No es la libertad, sino la libertad-responsable
Se ha puesto de moda levantar la bandera de la libertad. Piensen en cualquier partido político: es común ver cómo partidos de muy distinto signo justifican sus diferentes propuestas por idénticos criterios de libertad.
Pero también el TC: el hecho de encumbrar la libertad como el «valor superior del ordenamiento» es la base sobre la que el magistrado Ramón Sáez construyó la ponencia favorable a la constitucionalidad de la eutanasia, aprobada en marzo por el TC, pero con los votos particulares de Enrique Arnaldo y Concha Espejel que discreparon abiertamente y con contundencia de la posición mayoritaria.
Algo similar ocurrió con la ponencia de la magistrada Inmaculada Montalbán que, lamentablemente, no solo valida la constitucionalidad de la ley Aído sino que consagra el aborto como un «derecho». La clave del enfoque de esta ponencia se basa en la construcción jurídica acuñada en el mencionado fallo sobre la ley de la eutanasia. Es esa consagración de la libertad de elección que, una vez explorada y analizada, la magistrada Montalbán consideró extrapolable al asunto del aborto.
Obviamente, por muchos motivos, no podemos estar más en desacuerdo, al igual que todos los magistrados del «sector conservador» del TC.
Valores también defiende y ama la libertad, pero quedarnos solo con la libertad proporciona una imagen de la realidad distorsionada. Y es muy peligroso. Solo hace falta mirar las mencionadas sentencias del TC para comprenderlo.
El ejercicio de la libertad lleva irremediablemente unido la asunción de las responsabilidades que conllevan nuestras decisiones.
En Valores alzamos la bandera de la libertad-responsable.
¿Libertad? ¡Sí, pero con responsabilidad!