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Cartas al director

Abrazos que matan

La diferencia entre Carlos Alcaraz y Yolanda Díaz puede ser, que el primero es un crío que todavía se asusta ante la dimensión de sus retos y es dominado por los calambres, que en París le dejaron fuera de juego. Yolanda es una señora de largo recorrido, que no sabe lo que es un calambre y conoce cómo se consiguen objetivos en la compleja carrera por el poder: con zalamería, seducción, algo de ideología y un ostensible ejercicio de autoridad. El pasado sábado compareció ante los medios, tras el acuerdo alcanzado con Podemos para integrarse en la coalición sin Irene Montero, un acuerdo que permitió registrar ante la Junta Electoral Central esta plataforma formada por 15 partidos de la izquierda que concurrirán juntos a las elecciones del 23-J. En la vida de los partidos, esa autoridad consiste en dejar en la cuneta a quien hace sombra o perjudica sus intereses electorales. Lo dijo Pablo Echenique: «Se veta a personas con nombre y apellido». Si Yolanda Díaz, la mujer que mejor sonríe y mejor abraza de España, es capaz de hacer eso, no cabe duda de que puede tener futuro político, aunque en la izquierda hay sorpresas muchas veces. Pues bien: lo hizo, y lo hizo de forma valerosa, porque hay que tener redaños para excluir de las listas nada menos que a Irene Montero; hay que ser muy osada para lograr un acuerdo que deja a Podemos a la altura de cualquiera de los restantes partidos regionales que integran Sumar, y hay que ser muy intrépida para imponerse a Pablo Iglesias, que había sido su mentor.

Son méritos suficientes para intuir que la señora Díaz tiene un interesante porvenir, aunque condicionado por cuatro detalles: el sonido de los cuchillos que ya cortan el aire de la izquierda del PSOE; la confusión que su iniciativa puede crear entre los electores; el miedo del Partido Socialista a ser mordido por un movimiento que lo desborda por la izquierda, y la dificultad de gobernar y dar coherencia a una amalgama de quince siglas distintas y con sentimientos en muchos casos localistas.