Cartas al director
A las derechas
En política hay dos cosas muy importantes, la primera, el sentido de la lealtad y, la segunda, la capacidad de saber estar a la altura de los tiempos. Vamos a ver, la señora Guardiola, presidenta del PP de Extremadura, es posible que sea leal a Núñez Feijóo pero, respecto a su visión de lo que se está cociendo en España en las actuales circunstancias, más bien no, porque padece de una ceguera política de campeonato. Comprendo que es una mujer muy joven y, como los políticos de su generación, sufre de la misma enfermedad infantil que es una auténtica pandemia en este país, ya sea en la izquierda o en la derecha, pero no está España para jugar con fuego. El problema de esta juventud, y de esta generación, es que no han estudiado la Historia de España, al quedarse, como mucho, en los Reyes Católicos. Como soy profesor universitario y tengo vocación docente, voy a atreverme a recordar a los jóvenes de las dos derechas españolas lo que ocurrió en la Segunda República, especialmente en los años 34 al 36. Pues bien, la CEDA ganó las elecciones en el mes de noviembre del 33, pero las izquierdas de entonces, como las de ahora, jugaron a estigmatizar a una formación leal y legitima al sistema, lo que unido a la cobardía de la otra derecha, el Partido Radical (equivalente al PP), provocaron una fracasada experiencia del gobierno republicano conservador. Efectivamente no son los mismos momentos, ni los españoles somos, afortunadamente, los mismos que nuestros desgraciados abuelos y bisabuelos. Ahora bien, para que en España no se repitan los mismos errores, la única alternativa posible al gobierno de Pedro Sánchez pasa por un acuerdo global de las dos derechas y, a contrario sensu, la única posibilidad de revalidar a este gobierno de extremistas, comunistas y separatistas, es utilizar la estrategia absurda de la señora Guardiola en Extremadura. Así de sencillo. Ustedes mismos.