Cartas al director
Pactos poselectorales
¿Por qué tanta aversión a los (posibles) pactos PP-Vox tras el 23-J cuando se ha naturalizado y hasta «bendecido» el pacto PSOE-Bildu-Podemos y demás?
Recapitulemos. El PP, cuando ha gobernado, ha demostrado ser un partido moderado cuyo fuerte ha sido el ser capaz de poner orden en las cuentas públicas y, por tanto, en la economía (macro y micro) del país. Vox es la escisión del PP que protagonizó Alejo Vidal-Cuadras en 2014, no es el heredero nazi de la Alemania de entreguerras, cuyo nombre completo era, hay que recordarlo, Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (¡cómo me suena el nombre!). Sobre el fascismo: Mussolini, antes de liderar el Partido Nacional Fascista, militó durante catorce años en el Partido Socialista Italiano. Más: Unidas Podemos son los herederos del Partido Comunista, «paladín», como bien se sabe, de las libertades que, allá donde ha gobernado en el siglo XX, llegó a ejecutar a ¡80 millones de disidentes! y que, a día de hoy, sigue persiguiéndolos (véase Venezuela, Nicaragua, Rusia…). El líder de Unidas Podemos, por cierto, llegó a afirmar que le emocionaba ver cómo agredían a la policía y reclamaba a la Guardia Civil protección de su casa de los escraches que recibía mientras que, cuando él los hacía, sostenía que eran jarabe democrático.
Bildu son los herederos de ETA, cuyas «políticas» eran las bombas lapa, los tiros en la nuca y la voladura de supermercados. A día de hoy, por cierto, aún quedan cerca de cuatrocientos asesinatos de ETA sin resolver.
Conclusión: el señor Sánchez tiene muy poco de socialdemócrata y mucho de comunista. Lo ha demostrado con sus políticas, sus declaraciones y sus acciones de gobierno.
Por último: son los españoles los que decidirán el próximo 23-J qué pactos poselectorales desean que se establezcan.