Cartas al director
Sánchez, cara a cara
Ha hecho justo lo contrario de lo que prometió en su anterior campaña legislativa, ahí está la hemeroteca para sus acérrimos defensores, cada vez más minoritarios, afortunadamente. Aún confía en la debilidad de la memoria de sus potenciales votantes, pero la realidad para éstos ha sido tremendamente abrumadora, muchos de ellos ahora son fijos discontinuos «perpetuos». Lo más grave es que no hizo justo lo opuesto obligado por las circunstancias, como otros legisladores de antaño, sino simplemente porque le venía bien a él y a su inmenso ego. Jamás tuvo presente algo más allá de su persona y eso demuestra su política tan vacilante y contradictoria, exenta de una mínima ideología palpable.
Ahora visita los escenarios televisivos negando la evidencia y atribuyendo a sus rivales sus equívocas actuaciones y es que él es un político «limpio», no como otros. Él no ha pactado con los enemigos de nuestro país, no ha avalado leyes con resultados nefastos, no confinó a la población ilegalmente y la inflación fue culpa de Ucrania, sólo hay que mirar al resto de Europa para ver que se puede gobernar distinto y con mucha más eficiencia, señor Sánchez. Y, lo último, todos sus «viajes por mar, tierra y aire presentan una transparencia tal» que salvo de su uso y abuso, pocos españoles saben algo más, seguirá siendo un secreto de Estado.
Porque, a pesar del Falcon, él es muy ecológico y también el abanderado del feminismo, que aún afirma que la ley del 'sólo sí es sí' ha sido de los mayores avances para la mujer, aunque éstas no lo vean así. Y tan progresista que su desgobierno en coalición con las minorías más granadas del arco parlamentario ha representado un retroceso alarmante en lo económico y social que tras cuatro años intensos: la pandemia, la guerra ucraniana y el sanchismo, añadiría yo, ahora estamos a la cabeza de Europa, en impuestos. Ustedes deciden.