Cartas al director
La pena de muerte acabará con Sánchez
Ya pasó el debate entre los dos candidatos a la presidencia del Gobierno y toda España pudo escuchar de boca del señor Núñez la canallada más vil que Sánchez y los suyos han perpetrado: la condena a muerte de los enfermos de ELA.
El 8 de marzo del año 2022 se aprobó en el Congreso de los Diputados, por unanimidad parlamentaria, la proposición de la ley ELA que iba a garantizar la extensión de los cuidados paliativos a todos los enfermos, sobre todo a aquéllos que, por el elevado coste de los tratamientos no subvencionados por el Estado, se ven abocados a dejarse morir. Una ley que no entró en vigor jamás, y ya no lo hará, porque el PSOE amplió hasta en treinta ocasiones el plazo para presentar enmiendas a esta ley.
La respuesta a esa desidia socialista condenatoria está en esa otra propuesta de ley presentada un año antes, el 18 de marzo de 2021. Ese día se aprobó, promovida por el PSOE, por 202 votos a favor, 141 en contra y dos abstenciones, la proposición de ley de la eutanasia. Una ley que entró en vigor a toda prisa tres meses más tarde, el 25 de junio. Una ley pensada para poner punto final a las demandas de los enfermos de ELA sin recursos. Una ley de eutanasia que perdería en parte su razón de ser si se aprobara otra para hacerse cargo de los cuidados paliativos de estas personas enfermas de ELA que optan por la vida.
Sólo por esa decisión, por esta orgullosa maldad que se niega a reconocer errores y a rectificar con humildad, Pedro Sánchez debería perder claramente la presidencia del Gobierno en las elecciones generales del próximo 23 de julio de 2023.
En esta España progresista de mediados del siglo XXI sigue vigente la pena de muerte. Que no se nos olvide esto cuando vayamos a depositar nuestro voto en la urna el próximo domingo.