Cartas al director
La conversión de Patxi
Desde la conversión de san Pablo allá por los tiempos de Jesucristo, nunca nadie había experimentado una transformación tan digna de ser contada: frente a aquel Patxi López que se presentó como alternativa al guerracivilismo interno que desangraba al PSOE en la primavera de 2017 con el enfrentamiento entre Díaz y Sánchez y cuyo deseo era representar una socialdemocracia alternativa, centrada y defensora de la unidad territorial, ese mismo político que portó no pocos féretros de compañeros asesinados por ETA, pacta hoy con EH Bildu, partido heredero de la banda, y defiende el acercamiento de presos como exigencia de Otegi, otorgándoles así la categoría de notarios de nuestra democracia, legítimos hombres de Estado que hace veintiséis años eran pistoleros que a sangre fría cercenaban vidas como la de Miguel Ángel Blanco.
La historia neotestamentaria parece reactualizarse en el actual portavoz del PSOE, y es que si mientras en el debate a las primarias a la Secretaría General del partido espetaba a Sánchez aquello de «vamos a ver, Pedro, ¿sabes lo que es una nación?», hoy solo falta que parafrasee al santo e ilustre su caída del caballo afirmando que «ya no vivo yo, vive Sánchez en mí».