Cartas al director
A perro viejo…
A perro viejo, todo son pulgas. El único país del Sahel colaborador con Occidente se nos puede ir al carajo. Comprometido con nosotros en la contención de los flujos migratorios que le afectan, Níger ha venido arrimando el hombro como ninguno. Lo venía haciendo, además, a espaldas de su cultura, que admite la migración como un bien. Como una riqueza tradicional que alimenta el comercio y la cultura de las gentes. Pues nada. Todo en el aire, porque el general que lo fuese de la Guardia Presidencial desde 2011 se ha rebotado ante su prevista destitución, y ha arrastrado consigo a una parte del ejército. Esto es África. Creo que no tenemos que darle más vueltas. La Junta Militar interina justifica la medida en obtener mejores resultados en el combate antiterrorista. Hay que añadir sin embargo, que los datos ofrecidos por el observatorio español OIET señalan siete soldados nigerinos fallecidos en el mes de junio, frente a las 233 víctimas mortales acaecidas en la globalidad del Sahel Occidental ese mismo mes. Quiero decir, que el impacto terrorista en Níger, aún muy activo, no es el más relevante, comparado con Burkina Faso y Malí. Los argumentos justificativos son más terrenales. O vaya usted a saber si no guarda relación con el Uranio, que es el maná nigerino. El presidente depuesto, Mohamed Bazoum, venía reconfigurando desde hace algún tiempo el panorama de las participaciones extranjeras en la explotación de este mineral. Rusos en mayor medida, y también franceses, son quienes explotan esta riqueza casi en exclusiva, muy a espaldas del Estado de Níger. Desgracia sistémica; corrupción sistémica; abuso extranjero, en este caso en la explotación de la riqueza nacional; militarismo son los ingredientes sustanciales de esta asonada, que se suma a las de sus vecinas Burkina Faso y Malí. Esta región africana no es que este en pie de guerra. Es que casi no ha conocido otra cosa.