De egos y sombras

Debo reconocer que nunca me ha gustado la política partidista y lo digo desde mi experiencia, porque he militado en varios partidos políticos, en torno al centro y centro derecha. No voy a entrar en el detalle de cada uno pero sí en lo que he sido testigo del mismo punto en común de todos ellos: la desgraciada tendencia al egocentrismo y la falta de un proyecto colectivo por encima de los particularismos. El último ejemplo es la marcha de un político de Vox que me duele, porque tengo un magnífico concepto de Iván y, aunque no haya podido conocerle a fondo, creo que sí lo suficiente para valorarle como gran persona. A partir de ahí, las sombras. En este segundo punto parece que las derechas de este país, del centro izquierda (que también forma parte de este grupo) a la derecha más conservadora no aprenden de los errores del pasado. No está el horno para bollos, señores. España tiene una encrucijada muy peligrosa, y no es cuestión de dividirse ni confundirse. En este sentido muestro mi conformidad con lo que en este diario digital ha escrito Carlos Urquijo hace unos días, en un artículo con un sugestivo título «España Suma». Es cierto que fue una idea de hace unos años para conglomerar a varios partidos, desde Vox a Ciudadanos pasando por el PP. Pero no es sólo eso. Es mucho más. Como liberal lo reclamo y lo recuerdo, solo desde la unidad de todas las tendencias constitucionales a la derecha de Pedro Sánchez se podrá cerrar el negro y siniestro camino de este individuo. Y el tiempo corre en nuestra contra.