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Cartas al director

La Filosofía, molesta compañera de gobiernos

René Descartes comienza así su Discurso del método: «El buen sentido[la razón] es la cosa mejor repartida del mundo». ¿Es esto cierto?

En un principio, el presidente del Gobierno manifestó su decisión de mantener la Filosofía en la Educación Secundaria. ¿A qué se debe su marginación? Es por ello por lo que la LOMLOE ha nacido huérfana de madre; ese discurso reflejo, por cuanto nos ayuda a repensar lo aprendido, este repensar los educandos aquello que estudian, no interesa a un Ejecutivo que centra su objetivo en formar autómatas y no polímatas, duchos en tecnologías pero legos en ejercer su espíritu crítico y regir su vida en virtud de unos valores éticos y de ideas propias, construidas por su razón. Es la libertad de nuestros adolescentes la que, con ello, se pretende cercenar.

Sirvan estas líneas para recordar que a la tarea de adquirir la capacidad de crecer desde uno mismo, aprendiendo a discernir lo justo de lo injusto, la virtud del defecto o el bien del mal se ha dedicado la Filosofía desde, al menos, el siglo V a.C. Y ningún gobierno, presente o futuro, tiene derecho a obviar, como mínimo, 26 siglos de dialéctica. Siempre resonarán los ecos del socrático «Conócete a ti mismo» o del ilustrado «Sapere aude»(«Atrévete a saber»), ya que constituyen un logro atávico.