Cartas al director
Admiración por el fútbol femenino
«No hay amor sin admiración», que dijo una celebridad de cuyo nombre no me acuerdo. Por eso no me gustó el feminismo de nuestra ministra de Igualdad en funciones. Tal fue su alarde por la igualdad, que denostó a los varones por decreto. Tampoco me gusta el de Vox. En este caso, su feminismo absurdo de salón que protege al varón, solo por molestar a la ministra, cuando lo que le gusta es seguir abriendo la puerta del coche a las damas, porque de tanto mirar atrás, perdió el norte de cómo se puede evolucionar también en la caballerosidad de siempre.
Desde este campeonato del mundo siento admiración por el fútbol femenino. Juegan la leche de bien. Con entrega; sin aspavientos. Nada que ver cuando el rival estira el brazo a medio metro de la cara, y dan vueltas y vueltas, y se retuercen…. Esto es lo que tendría que haber hecho la ministra del ramo. Luchar por la promoción e integración de la mujer en la vida ordinaria. En cada sector de cada ramo; con cada orden de la vida y su organización social. No tanto dedicarse las más de las veces a mirarse su propio ombligo. A promocionar chuminadas, muy nobles, sí, aunque de tanta minoría que las propias interesadas eran incapaces de identificarse entre sí. Está haciendo más este campeonato del mundo de fútbol por la promoción de la mujer y su igualdad, que toda una vida ministrable de la Montero. Tenemos que admirar a nuestras jugadoras el próximo domingo, y con ellas, a todas las niñas que se tragan la vergüenza de jugar. Solo admirándolas llegaremos a quererlas, y a respetarlas.