Cartas al director
Un mercado persa
El PSOE ha proclamado a los cuatro vientos que «facilitará que ERC y Junts tengan grupo parlamentario propio a cambio de presidir el Congreso». Luego contentará a sus otros potenciales socios como PNV, BNG o Bildu con lo que éstos soliciten dado lo chantajeable que es el actual ínclito monclovita.
Es necesario un mínimo de 15 diputados para constituir grupo parlamentario, pero los soberanistas de ERC y Junts tienen sólo siete cada uno. Aunque para aquellos que consigan cinco diputados, hay dos excepciones: a) si la candidatura en cuestión obtuvo al menos el 15 por ciento de los votos en todas las circunscripciones en las que se haya presentado o, b) haber conseguido el 5 por ciento de los votos en toda España. Tampoco cumplen ninguno de estos dos requisitos.
Ahora bien, el reglamento del Congreso permite que diversas formaciones se unan para constituir grupo parlamentario, así con el escaño del BNG, por ejemplo, ya tendrían los ansiados 15, o con la prometida cesión temporal de diputados del PSOE hasta alcanzar ese mínimo requerido, como ya éstos han declarado públicamente que harán, sin el más mínimo rubor.
Y no olvidemos que la Mesa del Congreso puede, además, permitir la formación de grupo parlamentario sin tener los requisitos reglamentarios, por si todas las facilidades anteriores fueran pocas.
Ciertamente este cambalache no es novedoso, pues se ha hecho en otras legislaturas, pero, ¿de qué sirve, entonces, que el ciudadano ejerza su libre derecho al voto democrático? ¿Realmente el resultado final será lo demandado por el pueblo en las urnas? Evidentemente, no. Ya no es que los programas electorales no se cumplan, es que votamos a ciegas, pues las negociaciones posteriores son lo más parecido a un mercado persa, donde el rigor, la sensatez o el honor brillan por su ausencia.
Verdaderamente estamos ante una alianza de perdedores que en nada buscan el bien general, más allá del propio. Porque conseguir grupo parlamentario en el Congreso lleva aparejadas ciertas ventajas como tener más recursos económicos, acceso a las comisiones con portavocía en las ruedas de prensa, hablar en plenos y sesiones de control, disponer de más tiempo en las intervenciones en la Cámara, en definitiva, con este angelical gesto el PSOE facilita la iniciativa legislativa a estos grupos minoritarios que no representan más del 2 por ciento del voto total escrutado, lo cual complicará aún más la estabilidad nacional dado los deseos soberanistas de éstos. El sanchismo deja la puerta abierta a lobos entre ovejas.