Fundado en 1910
Menú
Cerrar

Cartas al director

La ingrata ingratitud de un PSOE desnortado

En Espejo, en la década de los 90, fui concejal del PP en dos legislaturas, y en las dos respeté la lista más votada, la del PSOE, aunque IU tenía los mismos concejales. Esa postura la ha mantenido siempre el PP en Espejo.

La portavoz del PSOE, Pilar Alegría, a las órdenes de la voz de su amo, después de la entrevista entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, se burla del PP y ningunea al ganador de las elecciones, porque lo que propone, según ella, son «ocurrencias». En cambio, visto lo visto, para Pedro Sánchez, su única ocurrencia es que el PP le ayude a renovar el CGPJ, y así, de esa manera, con su equipo Frankenstein, lograr su dominio total, consiguiendo, para sus propios intereses, un trío de ases: Fiscal General, Tribunal Constitucional y Consejo General del poder Judicial. «De quien es toda la justicia, pues eso, mía».

Una vez más, Pedro Sánchez ataca con dureza al PP, con una actitud irrespetuosa e ingrata. Feijóo, por el contrario, fue muy respetuoso, y muy preocupado por el rumbo de los acontecimientos nacionales, preocupado, por ello, por la unidad de España, la igualdad de todos los españoles, el acatamiento constitucional, la separación de poderes, y muy preocupado por los que quieren el caos en España. Por ello, le ha ofrecido, como candidato de la lista más votada, un gran pacto de estado. Pero, Pedro Sánchez, por su prepotencia, por el ansia de poder, por su narcisismo, por su propagandismo gobbelsiano del que es experto, por su guerracivilismo perdedor que le corroe, por su maniqueísmo personal, y por su arraigado odio a la derecha, le ha dicho a Feijóo que nanay de la china con su clásico «no es no».

Pedro Sánchez con el visto bueno se sus militantes y simpatizantes actuales, así como, también, con los pedazos frankestonianos, está destruyendo los principios éticos y morales de aquella transición, y lo más grave, los principios de aquella socialdemocracia con la que ganó Felipe González, y lo que, con gallardía, demostró: Qué gobierne la lista más votada.