Cartas al director
El «porque sí» no existe... ni siquiera en el fútbol femenino
Entendiendo un poco del mundo del deporte, conociendo las formas, muchas veces incorrectas, que existen en el mismo, estoy de acuerdo que se pongan en marcha todos los protocolos que tengan como misión la seguridad de las personas, el respeto de sus derechos y, como es lógico, la protección a todos los niveles de su género.
Estamos viviendo un momento difícil en el área femenina del futbol. Los problemas, de todo tipo, no han aparecido de repente sino que han sido realidades que, «subrepticiamente», se han ido sucediendo en el tiempo, sin que los protocolos hayan funcionado como era de esperar.
De golpe todos los estamentos, como si de un movimiento sísmico se tratara, han comenzado a tambalearse, de manera «firme, descontrolada y legalmente no muy acertada», entiendo.
Crujiendo las paredes del edificio, a toda prisa se han escuchado las reclamaciones, entiendo que detalladas, personificadas y justificadas...
De noche... sin esperas, ni promesas futuras, se han tomado las decisiones que las partes interesadas entienden necesarias...
Despidos y modificación de estamentos profesionales... esperando que existan los documentos pertinentes que justifiquen cualquiera de las decisiones tomadas y que se llevarán a la práctica en un proceso inmediato y rápido.
Los derechos de las personas despedidas por «hechos y realidades» no conformes con lo manifestado por las deportistas ¿están salvados?...
Al ser un tema público y de interés general, existe, puedo entender, un derecho a conocer las realidades existentes en el futbol femenino.
No se despiden a las personas, simplemente «porque sí», ni se cambian estamentos y protocolos «porque sí»...
La publicidad, con sentido mercantilista, no es conveniente... el proceso de dar a conocer los problemas que nos afectan directa o indirectamente a todos, es obligatorio.
La noche es buena para dormir y si se trabaja, al día siguiente todo debe estar por escrito detallado y explicado... Los «porque sí, no valen en el terreno de la justicia y del buen hacer»