Cartas al director
Éxodo
¿Cómo reaccionaríamos si nos obligaran a abandonar nuestras casas porque van a ser bombardeadas?; carretera y manta. La historia ha sido testigo de innumerables éxodos: Motivos políticos, étnicos, religiosos han sido los desencadenantes por los que la gente se ha visto obligada a huir con lo puesto, con una total incertidumbre e indefensión de a dónde ir, cómo sobrevivir y cómo será recibida. Ver a una miríada de seres humanos desharrapados, desamparados, desanimados, desarraigados, produce desazón. Intento penetrar en la mente de quienes padecen ese atroz sufrimiento para hacerme una idea de qué piensan y sienten pero resulta imposible. Ante esas imágenes de muerte y desolación a diestro y siniestro uno se da cuenta de lo afortunados que somos y que nos quejamos por minucias: Exigimos leche semidesnatada, desnatada, sin lactosa; alimentos «sin, bio, cero cero, ecológicos, bajos en», etc. y mientras los embaulamos hasta atiborrarnos cómodamente arrellanados y repantigados en nuestros sofás en una sala donde cabría una familia, vemos una miríada de desheredados sin tan siquiera leche para los niños, una sopa caliente y durmiendo al raso. Vivimos en una sociedad inmersa y sumida en el carpe diem, abandonados a la molicie pensando que somos inexpugnables, el ombligo del mundo, los reyes del mambo. En realidad, un gigante con pies de barro sobre arenas movedizas. Imperios más poderosos han caído.