Peronismo o libertad

A pesar de que se dice que al final el voto de todos vale lo mismo, parece que el poder a veces (demasiadas) cae en manos de quienes carecen de escrúpulos.

Argentina se enfrenta a una dura realidad, realidad que lleva más de 10 lustros al dente, más del 45 % de la población vive sumergida en la pobreza. A pesar (o por consecuencia) de las promesas y del famoso «Plan Platita» (término acuñado por el diputado kirchnerista y exministro de Salud bonaerense, Daniel Gollán) la miseria, el hambre y la inflación del 150 % anual, persisten. El peronismo ha ido calando durante más de 70 años, como si de un cáncer se tratara, adentrando día sí, día también al país y sumiéndole en la decadencia social y el desastre fiscal más absoluto que pueda haber, poniendo al país en el puesto nº 6 de países más pobres del mundo.

La necesidad de un cambio radical se vuelve palpable. Milei representa una voz que desafía el statu quo, y aunque su estilo pueda parecer llamativo, excéntrico y un poco populista para algunos, es la única solución para un país, que inmerso en el Peronismo, salga a flote.

Esto hace que me replantee lo siguiente, ¿será que la población está sumida en el llamado Síndrome de Estocolmo? y lo peor de todo esto, es que España cada vez se le asemeja más.