Cartas al director
El Empastre
La empresa gestora de la plaza de Las Ventas, debería cerrar la temporada con el espectáculo cómico taurino. El Empastre, «sin toro», en el régimen anterior si salía el toro que daba cornadas.
El cartel se debe anunciar con tres Monosabios, cuyos nombres artísticos pueden ser: El Sánchez-El Zapatero-El Puigdemont. Solo deben de asistir una presidenta en el palco de mando y trescientos cincuenta espectadores en los tendidos, en los de sol y en los de sombra, para que no se amontonen.
Es la terna perfecta para culminar el tránsito de un espectáculo a otro nuevo cuya característica carece de imaginación y diseño, pero se irá definiendo en el ruedo, a ver qué sale. Seguro que un mal espectáculo, solo será de risa. Con un aventurero, un pirado y un talantero de la risa. Son los tres monosabios más idóneos para montar un espectáculo lamentable. Una especie de mecano en el ruedo a la espera de pegarse contra la barrera. Para que, la del palco ordene a los del tendido de su izquierda que salgan a arrastrarlos al patio del desolladero. Y apaguen la luz y cierren la puerta de la plaza. Hasta la próxima fiesta.
Esto es el vivo retrato de esta España desquiciada en la que un delincuente prófugo es un hombre honorable, un terrorista sin arrepentir pasa por hombre de paz, un separatista racista se viste de progresista para poner la mano. Y una anulación jurídica es un avance democrático. Y el nacionalismo rupturista de España se alía con el frente de la extrema izquierda del sátrapa Putin. Para lograr sus objetivos, que no son otros que el «socialista», normalice la independencia catalana y la vasca y, de paso, alguno más si la pide. Y así termina la revuelta para seguir plácidamente durmiendo en la Moncloa.