Sánchez y la meronimia

En semántica, ciencia encargada de estudiar el significado, la meronimia es una relación por la que el hablante usa una parte del todo para referirse a este último: por ejemplo, si el volante se rompiese en mi coche, afirmar «se me ha roto el coche» implicaría el fenómeno descrito en tanto en cuanto tomo la parte (el volante) por el todo (el coche). Sánchez es un ciudadano español y, a partir de dicha condición, se toma a sí mismo, parte de España, como el todo, esto es, como España en su totalidad, de ahí que defienda la necesidad de la «amnistía en el nombre de España» para, a reglón seguido, añadir que es la «única vía posible para la gobernabilidad»: se verifica, por tanto, el fenómeno de la meronimia en el discurso de Sánchez para justificar su recalcitrante voluntad de continuar en el Gobierno a cualquier precio. Esto sería, sin duda, un anecdótico ejemplo de aplicación lingüística a la realidad en la que vivimos si no fuera porque, bien mirado, roza lo de Luis XIV cuando afirmaba «el Estado soy yo»: ¿será que Sánchez tiene algo de absolutista?