Cartas al director
La democracia española está en serio peligro
España ha entrado en un auténtico dislate democrático, o más bien antidemocrático. Una máquina con dos ruedas, manillar y pedales, suele ser una bicicleta. Una persona, con manguera y apagando un fuego, suele ser un bombero. Sin embargo, hace ya un tiempo y ante la misma evidencia, una diputada, de derechas, fue expulsada del Parlamento por llamar filoetarras a los que lo son, porque apoyaron y apoyan a terroristas e, incluso, algunos de ellos lo fueron; y, por el contrario, unos diputados, de izquierdas, se pueden quedar cómodamente sentado en sus asientos, aunque llamen fachas a los jueces o fascistas a los que no piensan como ellos. Actualmente seguimos viviendo la pesadilla de ver cómo un nefasto presidente de gobierno es capaz, con tal de seguir calentando el sillón de la Moncloa, de vender España a los diablos de la política sectaria, nacionalista, separatista y terrorista, a esos que mercadean con dinero público, al que nunca renuncian, para dejar de ser españoles. Padecemos una izquierda dictatorial que está terminando a marchas forzadas con Montesquieu y su división de poderes. La democracia española está en serio peligro. Azaña dejó escrito en sus Memorias que «Franco no se sublevó contra la República, se sublevó contra la chusma que se apoderó de ella».