Cartas al director
Si no lo es, lo parece
A ratos en aldea global, a ratos en remota aldea, me siento a rumiar hasta que un nuevo batiburrillo de noticias y opiniones me sacan de mi abstracción.
Llega tanto que no selecciono, escamocho. Ni sé con qué criterios selecciono.
Por ejemplo, la detención y puesta en libertad de Conde Pumpido. Cuánto hay de verdad y cuánto de mentira. Si es o no infundio me interesa, pero no tanto como observar la reacción de la gente. Danilo Dolci, premio Lenin de la Paz, contradictio in terminis, era para unos el Gandhi siciliano y para otros el idiota útil de los comunistas. Ahora a los idiotas útiles les toca callar.
ABC hace siete años revelaba cómo, según informes de inteligencia financiera de la operación Pompeya entregados al juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu, «Conde-Pumpido Varela, abogado de los integrantes de la mafia dedicada a la prostitución, usó una empresa de su propiedad, Proyectos Integral Gimonde S.L., dedicada a la arquitectura y diseño de interiores (sic), para gestionar los pagos con tarjeta del burdel más famoso de Madrid» ingresando de esta manera más de un millón de euros que devolvió limpios de polvo y paja a esta mafia quedándose, eso sí, más de 125.000 de comisión.
Lo que me llama la atención es el silencio sepulcral de los idiotas útiles y de las feministas de carné. El abogado del acusado, Ricardo Álvarez Osorio, afirma que la chica es prostituta y que «si no lo es, tiene toda la pinta», lo que les debería hacer reflexionar sobre el acusado y el bocazas de su abogado que pone al mismo tiempo a su cliente en la estela de putañeros progresistas como Villén Rueda o los chicos de Tito Bernie. En el Hospital de La Paz, donde se activó el protocolo de agresión sexual, y esto no es opinión, certificaron que había sido violada.
Chitón en boca.