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23 de septiembre de 2024

Cartas al director

Semejanzas entre Pedro Sánchez y un joven de 25 años

Tras pensarlo detenidamente, he llegado a una simple conclusión: la obsesión con la política nos tiende la trampa de dejarnos estabulados en una veintena permanente; tan vitalicia como el cargo que algunos pretenden ocupar.

Si extendemos la lupa hacia los políticos más emblemáticos, nos daremos cuenta de que sus aspiraciones en la vida y patrones de conducta son prácticamente idénticos a los de las personas que todavía no han alcanzado la tercera década.

Recuerdo hace trece ó catorce años, nada más salir de la universidad, que muchas personas que me rodeaban se encontraban orbitando en ‘los mundos del yuppie’. Se creían prohombres o semidioses a los que el destino les tenía reservado un resplandeciente porvenir.

Todos ellos, cuando frisaban los umbrales de los treinta (unos antes y otros después), fueron reemplazando su ‘exitocentrismo’, sus oníricas pretensiones de grandeza por la búsqueda de la calma y la estabilidad. En cambio, parece ser que algunos políticos destacados todavía no han experimentado esta etapa de la madurez. Es más, se encuentran en las antípodas de ello.

La memoria, también, me brinda el recuerdo de cómo algunos se creían muy guais o molones por trepar a base de dar gato por liebre a sus competidores; y si, para colmo, lo hacían siendo guapos, pensaban que eran el no va más, 'la crème de la crème', los reyes del mambo, auténticos crisoles de autoestima elevada, poder y talante seductor.

Otros comportamientos propios de esta edad son los del exsocio de Sánchez, Pablo Iglesias, quien se debía de creer un caudillo ávido de poder al entonar ‘alarmas antifacistas’, mientras contemplaba cómo las masas quedaban enardecidas al son del timbre de su voz; o lo guay que era por ir de flor en flor en cuestiones amorosas, colocando a sus ligues en la cúspide del partido y engatusándolas con su verborrea feminista. Todas estas conductas y aspiraciones no dejan de ser propias de un veinteañero desmadrado…

Ignacio Crespí de Valldaura

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