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Cartas al director

Independencia judicial ¡ya!

En Roma, el Derecho, el Ius, era «Ars boni et aequi», el arte de lo bueno y de lo justo y esa consideración como arte, aunque tenga mucho de ciencia, como todo lo que entraña conocimiento, le hace excluirse de la consideración de ciencia exacta, estando más sujeta su aplicación a la interpretación que al cálculo. De ahí que una misma norma, al pasar por la mente de quien la aplica, pueda dar lugar a interpretaciones diversas. Sin embargo, lo que llama la atención es que los magistrados que conforman el Poder Judicial se alineen en bandos, según el partido político que les promociona, lo cual les arrastra a adoptar unas decisiones o las contrarias al aplicar la misma norma. Ello se manifestará especialmente cuando se resuelva sobre la constitucionalidad, o no, de la ley de amnistía. Poco importará que la Constitución en su génesis excluyera la amnistía de los supuestos legales contemplados, porque habrá jueces que se erijan en poder constituyente y legislará ex novo. Esta coyuntura debería avalar la total independencia del Poder Judicial, como muestra de lo que debe ser el Estado de derecho.